El artículo 32.2 3º de la ley del impuesto establece la aplicación de la reducción del 40% a los rendimientos netos del trabajo obtenidos de forma periódica y a los rendimientos netos del capital mobiliario y del capital inmobiliario obtenidos de forma periódica.
Aplicación de la reducción del 40%
La reducción del 40% se aplica sobre los rendimientos netos obtenidos de forma periódica, es decir, aquellos que se generan de manera constante y regular a lo largo del tiempo. Esta reducción tiene como objetivo incentivar la generación de ingresos y promover la actividad económica.
Rendimientos netos del trabajo
Los rendimientos netos del trabajo son aquellos ingresos que se obtienen como contraprestación por la realización de una actividad laboral. Estos rendimientos incluyen salarios, sueldos, pensiones, prestaciones por desempleo, entre otros.
Para calcular el rendimiento neto del trabajo, se deben restar los gastos deducibles relacionados con la actividad laboral, como los gastos de transporte, los gastos de formación, los gastos de vestuario, entre otros. Una vez obtenido el rendimiento neto del trabajo, se aplica la reducción del 40% para determinar el rendimiento neto reducido total.
Rendimientos netos del capital mobiliario
Los rendimientos netos del capital mobiliario son aquellos ingresos que se obtienen como contraprestación por la cesión de capitales, como los intereses de cuentas bancarias, los dividendos de acciones, los rendimientos de bonos, entre otros.
Para calcular el rendimiento neto del capital mobiliario, se deben restar los gastos deducibles relacionados con la obtención de estos ingresos, como los gastos de administración y custodia, los gastos de asesoramiento financiero, entre otros. Una vez obtenido el rendimiento neto del capital mobiliario, se aplica la reducción del 40% para determinar el rendimiento neto reducido total.
Rendimientos netos del capital inmobiliario
Los rendimientos netos del capital inmobiliario son aquellos ingresos que se obtienen como contraprestación por la cesión de bienes inmuebles, como los alquileres de viviendas, locales comerciales, oficinas, entre otros.
Para calcular el rendimiento neto del capital inmobiliario, se deben restar los gastos deducibles relacionados con la obtención de estos ingresos, como los gastos de reparación y conservación, los gastos de comunidad, los gastos de seguro, entre otros. Una vez obtenido el rendimiento neto del capital inmobiliario, se aplica la reducción del 40% para determinar el rendimiento neto reducido total.