La base imponible general y la base imponible del ahorro son dos conceptos clave en el ámbito de la fiscalidad. Ambas bases imponibles se utilizan para calcular el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) en muchos países. Aunque comparten ciertas similitudes, también presentan diferencias significativas en cuanto a su formación y los impuestos aplicables. En este artículo, exploraremos en detalle estas diferencias para comprender mejor cómo funcionan.
Formación de la base imponible del ahorro
La base imponible del ahorro se forma con las rentas que tienen inversiones, acciones, intereses de cuentas, entre otros. En otras palabras, engloba los ingresos generados a partir de las inversiones y el ahorro de una persona. Algunos ejemplos de las rentas que componen la base imponible del ahorro son:
Rentas que la componen
– Rendimientos del capital mobiliario: incluye los intereses de cuentas corrientes y depósitos, la rentabilidad por los dividendos en acciones, los resultados en fondos de inversión, entre otros.
– Ganancias y pérdidas patrimoniales derivadas de la transmisión de elementos patrimoniales: esto se refiere a las ganancias o pérdidas obtenidas por la venta de acciones, inmuebles u otros activos patrimoniales.
Composición de los rendimientos
La base imponible del ahorro se compone de los rendimientos del capital mobiliario más las ganancias y pérdidas patrimoniales derivadas de la transmisión de elementos patrimoniales. Esto significa que se tienen en cuenta tanto los ingresos generados por las inversiones como las ganancias o pérdidas obtenidas por la venta de activos patrimoniales.
Inclusión de intereses y rentabilidades
En la base imponible del ahorro se incluyen los intereses de las cuentas corrientes y depósitos, así como la rentabilidad generada por los dividendos en acciones, los resultados en fondos de inversión y la venta de acciones. Estos ingresos se consideran parte del ahorro y, por lo tanto, se incluyen en esta base imponible.
Impuestos aplicables
Los impuestos aplicables a la base imponible del ahorro varían según el país y la legislación fiscal vigente. En general, los tipos impositivos para la base imponible del ahorro suelen ser más bajos que los de la base imponible general. Por ejemplo, en el caso del IRPF en España, los impuestos aplicables a la base imponible del ahorro van desde el 19% al 26%, siendo los más bajos del impuesto.
Formación de la base imponible general
La base imponible general, por otro lado, se forma con las rentas del trabajo u otras actividades económicas, del capital mobiliario, venta/alquiler de inmuebles, entre otros. Esta base imponible abarca los ingresos generados por el trabajo y otras actividades económicas, así como los ingresos generados por el capital y el patrimonio. Algunos aspectos importantes de la formación de la base imponible general son:
Rentas que la componen
La base imponible general toma como referencia los rendimientos de trabajo y las ganancias y pérdidas patrimoniales que no conlleven la transmisión de elementos patrimoniales. Esto significa que se tienen en cuenta los ingresos generados por el trabajo, así como los ingresos generados por el capital y el patrimonio que no están relacionados con la venta de activos.
Rendimientos de trabajo y patrimoniales
La base imponible general incluye los rendimientos de trabajo, es decir, los ingresos generados por el trabajo realizado por una persona, ya sea como empleado o como autónomo. También se tienen en cuenta los rendimientos patrimoniales que no están relacionados con la venta de activos, como los intereses de cuentas corrientes y depósitos, los alquileres de inmuebles, entre otros.
Inclusión de planes de pensiones
Una diferencia importante entre la base imponible general y la base imponible del ahorro es la inclusión de los planes de pensiones. Aunque los planes de pensiones pueden considerarse una forma de inversión o ahorro, se clasifican como rentas del trabajo y, por lo tanto, se incluyen en la base imponible general.
Rango de impuestos aplicables
Los impuestos aplicables a la base imponible general también varían según el país y la legislación fiscal vigente. En general, los tipos impositivos para la base imponible general suelen ser más altos que los de la base imponible del ahorro. Por ejemplo, en el caso del IRPF en España, los impuestos aplicables a la base imponible general van desde el 19% al 47%, siendo los más altos del impuesto.
La base imponible general y la base imponible del ahorro son dos conceptos fundamentales en el cálculo del impuesto sobre la renta de las personas físicas. Mientras que la base imponible del ahorro se forma con las rentas generadas por las inversiones y el ahorro, la base imponible general se forma con las rentas del trabajo y otras actividades económicas, así como los ingresos generados por el capital y el patrimonio. Además, los impuestos aplicables a cada base imponible también varían, siendo generalmente más bajos para la base imponible del ahorro y más altos para la base imponible general.