Los actos administrativos son decisiones o manifestaciones de voluntad emitidas por la administración pública en el ejercicio de sus funciones. Estos actos pueden ser clasificados de diferentes maneras, dependiendo de diversos criterios. En este artículo, nos enfocaremos en los tipos de actos administrativos más comunes y su clasificación.
Actos administrativos favorables y desfavorables
Los actos administrativos pueden ser favorables o desfavorables para los interesados. Los actos favorables son aquellos que otorgan algún beneficio, derecho o facultad a los destinatarios. Por ejemplo, la concesión de una licencia o permiso.
Por otro lado, los actos desfavorables son aquellos que imponen una carga, restricción o limitación a los destinatarios. Estos actos pueden afectar los derechos o facultades de los interesados. Por ejemplo, la imposición de una multa o sanción.
Actos de gravamen o limitativos de derechos o facultades
Dentro de los actos desfavorables, podemos encontrar los actos de gravamen o limitativos de derechos o facultades. Estos actos imponen restricciones o limitaciones a los interesados, afectando sus derechos o facultades. Por ejemplo, la revocación de una licencia o permiso previamente otorgado.
Actos resolutorios y actos de trámite
Los actos administrativos también pueden ser clasificados como actos resolutorios y actos de trámite. Los actos resolutorios son aquellos que ponen fin a un procedimiento administrativo, decidiendo sobre el fondo del asunto. Por ejemplo, la resolución de un recurso administrativo.
Por otro lado, los actos de trámite son aquellos que no deciden sobre el fondo del asunto, sino que se limitan a dar impulso o seguir el curso del procedimiento administrativo. Estos actos son necesarios para la correcta tramitación del procedimiento, pero no tienen un impacto directo en los derechos o facultades de los interesados. Por ejemplo, la notificación de una resolución.
Actos expresos y presuntos
Los actos administrativos pueden ser expresos o presuntos. Los actos expresos son aquellos que se manifiestan de manera clara y directa, a través de una decisión formal y escrita. Estos actos son emitidos de forma expresa por la administración pública.
Por otro lado, los actos presuntos son aquellos que se consideran emitidos de manera ficta, cuando la administración pública no se pronuncia dentro de un plazo determinado. Estos actos se presumen como favorables para los interesados, siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos legales. Por ejemplo, la solicitud de un permiso que no es resuelta dentro del plazo establecido.
Actos reglados y actos discrecionales
Los actos administrativos también pueden ser clasificados como actos reglados y actos discrecionales. Los actos reglados son aquellos que deben ser emitidos de acuerdo a una normativa legal o reglamentaria específica. La administración pública no tiene margen de discrecionalidad para decidir sobre estos actos, sino que debe seguir los criterios establecidos en la normativa.
Por otro lado, los actos discrecionales son aquellos en los que la administración pública tiene cierta libertad o margen de apreciación para decidir. En estos casos, la administración puede tomar en cuenta diferentes factores o circunstancias para emitir el acto administrativo. Por ejemplo, la concesión de una subvención en base a criterios de mérito y necesidad.
Clasificación de actos administrativos según el destinatario
Los actos administrativos también pueden ser clasificados según el destinatario. En este sentido, podemos encontrar actos singulares y actos generales.
Actos singulares y generales
Los actos singulares son aquellos que se dirigen a una persona o entidad específica. Estos actos afectan únicamente a ese destinatario en particular. Por ejemplo, la concesión de una licencia de conducir a una persona en particular.
Por otro lado, los actos generales son aquellos que se dirigen a un grupo o categoría de personas. Estos actos afectan a todos los miembros de ese grupo o categoría. Por ejemplo, la emisión de una normativa que regula el uso de un espacio público para todos los ciudadanos.
Desde el punto de vista de la recurribilidad
Desde el punto de vista de la recurribilidad, los actos administrativos pueden ser clasificados como actos definitivos y actos de trámite.
Actos definitivos y de trámite
Los actos definitivos son aquellos que ponen fin a un procedimiento administrativo y agotan la vía administrativa. Estos actos pueden ser impugnados a través de recursos administrativos o, en su caso, mediante la interposición de un recurso contencioso-administrativo ante los tribunales. Por ejemplo, la resolución de un recurso de alzada.
Por otro lado, los actos de trámite son aquellos que no ponen fin al procedimiento administrativo, sino que se limitan a dar impulso o seguir el curso del mismo. Estos actos no pueden ser impugnados de forma independiente, sino que deben ser impugnados conjuntamente con el acto definitivo al que están vinculados. Por ejemplo, la notificación de una resolución provisional.
Actos que agotan la vía administrativa y actos que no la agotan
Algunos actos administrativos agotan la vía administrativa, lo que significa que no es posible interponer recursos administrativos adicionales. Estos actos son definitivos y no pueden ser impugnados nuevamente ante la administración pública. Por ejemplo, la resolución de un recurso de alzada que no puede ser recurrida nuevamente ante la administración.
Por otro lado, existen actos administrativos que no agotan la vía administrativa, lo que significa que es posible interponer recursos administrativos adicionales. Estos actos son de trámite y no ponen fin al procedimiento administrativo. Por ejemplo, la notificación de una resolución provisional que puede ser recurrida mediante un recurso de reposición.
Actos firmes en vía administrativa y actos firmes
Los actos administrativos pueden ser firmes en vía administrativa o firmes en general.
Actos confirmatorios y reproductorios de otros anteriores consentidos y firmes
Los actos confirmatorios son aquellos que confirman o ratifican actos administrativos anteriores que ya han sido consentidos y son firmes. Estos actos no pueden ser impugnados nuevamente, ya que se limitan a confirmar lo establecido en actos anteriores.
Por otro lado, los actos reproductorios de otros anteriores consentidos y firmes son aquellos que reproducen o repiten actos administrativos anteriores que ya han sido consentidos y son firmes. Estos actos tampoco pueden ser impugnados nuevamente, ya que se limitan a reproducir lo establecido en actos anteriores.
Los actos administrativos pueden ser clasificados de diferentes maneras, dependiendo de diversos criterios. Es importante tener en cuenta estas clasificaciones para comprender mejor la naturaleza y efectos de los actos administrativos en el ámbito de la administración pública.