En el ámbito empresarial, es común encontrar diferentes roles y responsabilidades que deben ser desempeñados por personas designadas dentro de la organización. Dos de estos roles importantes son el de apoderado y administrador. Aunque ambos tienen ciertas similitudes en cuanto a su función de representación de la empresa, existen diferencias clave en sus responsabilidades y facultades. En este artículo, exploraremos en detalle la diferencia entre apoderado y administrador y las responsabilidades que cada uno tiene en la empresa.
Responsabilidades del administrador
El administrador es una figura clave en la empresa, ya que tiene la responsabilidad de dirigir, administrar y representar a la organización. Sus funciones son amplias y abarcan desde la toma de decisiones estratégicas hasta la gestión diaria de las operaciones. Algunas de las responsabilidades del administrador son:
Representación y dirección de la empresa
El administrador es el encargado de representar legalmente a la empresa ante terceros, como clientes, proveedores y autoridades. Esto implica actuar en nombre de la sociedad y tomar decisiones en su representación. Además, el administrador tiene la responsabilidad de dirigir la empresa y establecer políticas y estrategias generales para su funcionamiento.
Actos en nombre de la sociedad
El administrador tiene la facultad de realizar cualquier acto en nombre de la sociedad, siempre y cuando esté comprendido dentro del objeto social de la compañía. Esto incluye la firma de contratos, la realización de transacciones financieras y la representación en juntas y reuniones.
Responsabilidades indelegables
Existen ciertas responsabilidades que son indelegables y recaen exclusivamente en el administrador. Estas responsabilidades incluyen la convocatoria de la junta general de accionistas, la formulación de las cuentas anuales y la presentación de informes a los accionistas.
Nombramiento y gastos de Seguridad Social
El administrador es nombrado y revocado por acuerdo de la Junta General de accionistas. Además, el administrador genera un gasto de Seguridad Social para la empresa, ya que está sujeto a cotizaciones y contribuciones sociales.
Responsabilidades del apoderado
El apoderado, por otro lado, es una persona designada para actuar en nombre y representación de la compañía. A diferencia del administrador, el apoderado tiene facultades limitadas y actúa de acuerdo con las instrucciones establecidas en su poder notarial. Algunas de las responsabilidades del apoderado son:
Actuación en nombre de la compañía
El apoderado tiene la facultad de actuar en nombre de la compañía y realizar actos jurídicos en su representación. Esto incluye la firma de contratos, la realización de transacciones comerciales y la representación en reuniones y juntas.
Facultades limitadas
A diferencia del administrador, cuyas facultades son amplias y abarcan todas las áreas de la empresa, el apoderado tiene facultades limitadas y específicas. Estas facultades están establecidas en su poder notarial y no puede realizar actos que excedan las instrucciones establecidas en dicho poder.
Flexibilidad y agilidad en la administración
El nombramiento de un apoderado otorga mayor flexibilidad y agilidad en la administración y dirección de la sociedad. Esto se debe a que el apoderado puede actuar rápidamente en nombre de la compañía sin necesidad de consultar con el administrador en cada decisión.
Responsabilidad y nombramiento
El apoderado no tiene responsabilidad personal en caso de incumplimiento o deudas de la empresa, siempre y cuando se limite a actuar dentro de las facultades establecidas en su poder notarial. Además, el apoderado es nombrado por el propio administrador de la empresa.
La diferencia entre apoderado y administrador radica en las responsabilidades y facultades que cada uno tiene en la empresa. Mientras que el administrador tiene la responsabilidad de dirigir, administrar y representar a la empresa, el apoderado actúa en nombre y representación de la compañía con facultades limitadas. El administrador tiene responsabilidades indelegables y genera gastos de Seguridad Social, mientras que el apoderado tiene mayor flexibilidad y agilidad en la administración y no tiene responsabilidad personal, siempre y cuando se limite a actuar dentro de las facultades establecidas en su poder notarial.