El banco malo, también conocido como Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria), es una entidad creada en España en 2012 con el objetivo de ayudar a sanear el sistema financiero del país. Su función principal es la de adquirir y gestionar activos tóxicos de las entidades financieras, especialmente aquellos relacionados con el sector inmobiliario.
Funciones principales de la Sareb
Compra de activos tóxicos
Una de las funciones principales de la Sareb es la de comprar activos tóxicos de las entidades financieras. Estos activos suelen ser préstamos o propiedades inmobiliarias que se consideran de difícil recuperación o de poco valor en el mercado. La Sareb adquiere estos activos a un precio inferior a su valor nominal, lo que permite a las entidades financieras liberar capital y mejorar su situación financiera.
Salvamento del sistema financiero
Otra función importante de la Sareb es la de contribuir al salvamento del sistema financiero. Durante la crisis financiera que afectó a España en la última década, muchas entidades financieras se encontraron en una situación de insolvencia debido a la gran cantidad de activos tóxicos que tenían en sus balances. La Sareb ayudó a estas entidades a deshacerse de estos activos y a recuperar su solvencia.
Sanear los bancos zombi
Los bancos zombi son aquellas entidades financieras que se encuentran en una situación de insolvencia pero que siguen operando gracias a la ayuda del gobierno o de otras entidades. La Sareb tiene como función sanear estos bancos zombi, adquiriendo sus activos tóxicos y permitiéndoles así liberar capital y recuperar su solvencia.
Asumir activos tóxicos inmobiliarios
Uno de los principales tipos de activos tóxicos que adquiere la Sareb son los relacionados con el sector inmobiliario. Durante la burbuja inmobiliaria que se vivió en España en los años previos a la crisis financiera, muchas entidades financieras concedieron préstamos para la compra de viviendas que posteriormente se convirtieron en activos tóxicos. La Sareb asume estos activos y se encarga de su gestión y venta.
Operaciones de la Sareb
Gestión de activos tóxicos inmobiliarios
Una de las principales operaciones de la Sareb es la gestión de los activos tóxicos inmobiliarios que adquiere. Esto implica la valoración de los activos, la búsqueda de compradores, la negociación de precios y condiciones, y la venta de los activos. La Sareb se encarga de maximizar el valor de estos activos y de obtener el mayor beneficio posible para los accionistas.
Canalización de contribuciones a través del FROB
La Sareb canaliza las contribuciones económicas que recibe a través del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria). El FROB es un fondo de rescate creado por el gobierno español para ayudar a las entidades financieras en dificultades. La Sareb recibe aportaciones económicas del FROB, que utiliza para adquirir activos tóxicos y llevar a cabo sus operaciones.
Desinversión de activos tóxicos en un plazo de 20 años
La Sareb tiene como objetivo principal desinvertir los activos tóxicos que adquiere en un plazo de 20 años. Esto implica la venta de los activos a compradores interesados, ya sea a través de subastas, acuerdos directos o cualquier otro método que permita obtener el mayor beneficio posible. La Sareb se compromete a llevar a cabo estas desinversiones de manera eficiente y transparente.
Liberación de provisiones dotadas por las entidades financieras
Al adquirir los activos tóxicos de las entidades financieras, la Sareb permite a estas liberar las provisiones que habían dotado para cubrir posibles pérdidas. Esto mejora la situación financiera de las entidades y les permite disponer de capital para llevar a cabo otras operaciones o para fortalecer su solvencia.
Objetivos de la Sareb
Salida al suelo acumulado en los balances de la banca española
Uno de los principales objetivos de la Sareb es dar salida al suelo acumulado en los balances de la banca española. Durante la burbuja inmobiliaria, muchas entidades financieras adquirieron terrenos y solares con la intención de construir viviendas. Sin embargo, con la crisis financiera, estos terrenos se convirtieron en activos tóxicos. La Sareb se encarga de gestionar y vender estos terrenos, permitiendo a las entidades financieras liberar capital y recuperar su solvencia.