El rendimiento neto reducido en la renta es un concepto importante a la hora de calcular los ingresos obtenidos por el alquiler de un inmueble. Este rendimiento neto se calcula aplicando una serie de reducciones sobre el rendimiento neto previo, lo que permite obtener un resultado final más favorable para el contribuyente.
Calculando el rendimiento neto previo
Antes de aplicar las reducciones correspondientes, es necesario calcular el rendimiento neto previo. Este rendimiento se obtiene restando a los ingresos brutos obtenidos por el alquiler de la vivienda, los gastos deducibles relacionados con la misma.
Los ingresos brutos incluyen el importe total de los alquileres percibidos durante el año fiscal. Por otro lado, los gastos deducibles son aquellos que están directamente relacionados con el alquiler de la vivienda, como los gastos de comunidad, el IBI, los seguros, los gastos de reparación y conservación, entre otros.
Aplicando la reducción por alquiler de vivienda
Una vez calculado el rendimiento neto previo, se aplica una reducción del 60% en el caso de inmuebles destinados a vivienda. Esta reducción tiene como objetivo compensar los gastos asociados al mantenimiento y conservación de la vivienda.
Es importante tener en cuenta que esta reducción solo se aplica en el caso de inmuebles destinados a vivienda, no en el caso de locales comerciales u otros tipos de propiedades.
Aplicando la reducción de rendimientos con período de generación superior a dos años
Además de la reducción por alquiler de vivienda, también se puede aplicar una reducción del 30% en el caso de rendimientos con período de generación superior a dos años u obtenidos de forma notoriamente irregular cuando se imputen en un solo ejercicio.
Esta reducción tiene como objetivo compensar los gastos asociados a la generación de estos rendimientos a lo largo del tiempo. Por ejemplo, en el caso de un contrato de arrendamiento a largo plazo, esta reducción permite tener en cuenta los gastos de mantenimiento y reparación que se han ido acumulando a lo largo de los años.
Determinando el rendimiento neto reducido
Una vez aplicadas las reducciones correspondientes, se determina el rendimiento neto reducido como resultado de estas reducciones. Este rendimiento neto reducido es el resultado final que se tendrá en cuenta a la hora de calcular el impuesto sobre la renta.
Es importante destacar que estas reducciones solo se aplican sobre el rendimiento neto previo, es decir, sobre los ingresos brutos menos los gastos deducibles. Por lo tanto, es fundamental tener en cuenta todos los gastos relacionados con el alquiler de la vivienda para obtener un rendimiento neto reducido más favorable.
Consideraciones especiales para familiares
En el caso de que el adquirente, cesionario, arrendatario o subarrendatario del bien inmueble sea un familiar, se deben tener en cuenta consideraciones especiales a la hora de determinar el rendimiento neto reducido.
Valor del rendimiento neto en caso de parentesco
En estos casos, se toma el mayor valor entre el rendimiento neto correspondiente al arrendamiento o cesión del inmueble, una vez aplicadas las reducciones, y el rendimiento mínimo computable por el inmueble en caso de parentesco.
El rendimiento mínimo computable por el inmueble en caso de parentesco es un valor establecido por la ley que garantiza que el contribuyente no pueda beneficiarse de una reducción excesiva en el caso de alquilar o ceder un inmueble a un familiar.
El rendimiento neto reducido en la renta es el resultado final obtenido después de aplicar las reducciones correspondientes sobre el rendimiento neto previo. Estas reducciones incluyen la reducción por alquiler de vivienda y la reducción de rendimientos con período de generación superior a dos años. En el caso de familiares, se deben tener en cuenta consideraciones especiales a la hora de determinar el rendimiento neto reducido.